Por celebrar que no quede
9 may. 25
Se puede elegir entre el día de Europa, que celebran mis nietas, y Día de la Victoria que celebran más al Este, en Rusia, claro (y con visita china por cierto). Hay quien lo convierte entre la elección entre dos modelos
Dos visiones del mundo se oponen. Europa impulsa un proyecto de paz, apertura y libertad que constituía la esencia misma de la Declaración de Robert Schuman hace setenta y cinco años. Sin embargo, precisamente por su éxito y su poder de atracción en el Este de Europa, Putin desea aniquilarlo. Hoy en Ucrania, y mañana en toda su frontera oriental, el proyecto europeo se ve amenazado por el proyecto autoritario y neoimperialista del presidente ruso.La amenaza es incluso más amplia. Desde hace varios años, los principios políticos y jurídicos de la democracia liberal sobre los que se asienta la Unión Europea son objeto de ataque. A nivel interno, las corrientes neonacionalistas hostiles al liberalismo político cuestionan los valores europeos y toman como modelo a Vladímir Putin o a Donald Trump.
Efectivamente, si la Unión Europea es un modelo alternativo al dominante, conviene levantar acta de sus debilidades internas, sus fluctuaciones, sus dudas. Un enemigo externo, que sería Rusia, siempre viene bien para unificar a las partes amenazadas, pero eso no significa que el trumpismo no esté avanzando desde la cumbre a la base. Lo verán mis nietas.
Y esto hay para la Unión desde el Wall Street Journal
Los partidos populistas de extrema derecha están ganando terreno, amenazando a los partidos conservadores tradicionales en Europa.La inmigración y el lento crecimiento económico son factores clave que alimentan el auge del populismo de derecha.Estrategias como la imitación, la oposición y la colaboración no han sido efectivas contra los populistas.Los populistas de extrema derecha amenazan con eclipsar a los otrora poderosos partidos conservadores de Europa, en uno de los mayores realineamientos políticos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El centro-derecha del continente busca ahora una estrategia de supervivencia.
Pero la cuestión, entonces, no está en qué celebrar (del pasado), sino hacia dónde mirar (hacia el futuro).
El Papa Martínez no parece trumpista, pero no por ello europeísta. Ni tendría por qué serlo. No sé qué habría dicho Lutero del espectáculo de estos días. De Jesús de Nazaret, el carpintero, hijo de una virgen y encima galileo que hablaba arameo, no hebreo, sí puedo imaginarlo.
(Añadido más tarde: el Moscow Times cuenta, a propósito del Día de la Victoria, que este año, en particular en las repúblicas étnicas, los desfiles con las fotos de los caídos en la guerra defensiva contra la Alemania nazi han visto participantes llevando fotos de los caídos en la Operación Especial contra Ucrania
De acuerdo contigo José. Hay cuestionamiento en todos los niveles pero poca claridad sobre qué hacer en el futuro. Y la radicalidad de los conservadores no ayuda a ver un futuro positivo. Esperemos que la sabiduría del peblo ayude a buscar caminos positivos.
ResponderEliminarMi esperanza en las redes con que se comunica el pueblo no es muy grande.
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